miércoles, 10 de noviembre de 2021

EL PAPA QUE HABLÓ CON ATILA

 




Hoy, día 10 de noviembre, es el día que la Iglesia Católica celebra a San León Magno que fue Papa con el nombre de León I. Este papa es famoso por haber hablado con Atila, rey de los hunos, y con Genserico que, con un grupo de vándalos, se dirigía a Roma con no muy buenas intenciones. Vamos por partes.

Corría el año 452 y Atila había invadido el norte de Italia y obligado al emperador Valentiniano III a abandonar su corte de Rávena y a refugiarse en Roma. León se encontró en Mantua con el rey de los hunos y consiguió que no avanzara sobre a Roma firmando un tratado de paz. Hay otras lenguas “vespertinas” que dicen que Atila se retiró por el hambre y las epidemias que sufría su ejército. No es improbable.  Esta victoria del Papa hizo que el verdadero poder en el Imperio Romano recayera en el Pontífice y no en el emperador y, si era así en el Imperio, era también en Europa.

         La segunda conversación famosa que tuvo este Pontífice ( por cierto, fue él el que empezó a usar este título que los emperadores romanos habían abandonado desde el año 382)  fue con Genserico que en el año 455 se dirigía a Roma tampoco con buenas intenciones. El Papa, inerme y rodeado de sus cardenales, salió al paso del vándalo para que no saqueara la ciudad, pero no lo consiguió pues el muy bárbaro la estuvo saqueando durante quince días ( esto de saquear la ciudad Eterna es un “deporte” que también practicaría, años después, “nuestro” Carlos I) Sin embargo, sí que consiguió que no fuera incendiada y que las Basílicas de San Pedro, San Juan y San Pablo, en las que se había refugiado la aterrorizada población romana, fueran respetadas. Genserico se llevó como rehén a la viuda de Valentiniano IIII, Licinia Eudoxia, y a sus dos hijas, Placidia y Eudoxia que contraería matrimonio con Hunerico, hijo de su padre Genserico. No debía ser muy culto el tal Hunerico y  suponemos que la pobre chica no lo haría de su grado, pero en estas cosas nunca se sabe porque, a lo mejor, tenía el muchacho otros encantos que desconocemos o que ya por entonces no era algo que fuera de aprecio la cultura entre las mozas casaderas romanas ( Tampoco nos vamos a escandalizar porque, más o menos, ocurre lo mismo en la actualidad y, supongo yo, que “si le dan a elegir” a una mocita del siglo XXI entre un chaval poderoso, con coche de alta gama y buena cuenta corriente,  y un poeta cuasi indigente,  se quedaría con el “bárbaro”).

         Gran labor la de este Papa que tuvo que hablar en dos ocasiones con los bárbaros Atila y Genserico, pero quisiera hacer notar que eso de hablar con bárbaros va siendo algo cotidiano en nuestras vidas pues, si en aquellos remotos tiempos, era más fácil reconocerlos y saber por dónde se andaban,   hoy en día, su número es tal que, como en poema de Kavafis, andan por “esta Roma” como Pedro ( nunca mejor dicho) por su casa y así copan las televisiones, los premios literarios, las editoriales y más lugares más en donde la verde hierba de la cultura (la cultura con “c” porque la cultura  con “k” que nos venden no es cultura) , después de pasar sus caballos ya no vuelve a crecer.

         Algún día nos tendremos que poner a sembrar nueva hierba. Vamos, digo yo.

 

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