lunes, 14 de marzo de 2022

EL MAL LATÍN DE PROKOFIEV Y DE LUGOVSKOY

 


Resulta que escuchando la música de Prokofiev con letra de Vladimir Lugovskoy para la película de Serguéi Eisenstein sobre Alexander Nevsky, encuentro un texto en latín que no tiene ningún sentido:

Peregrinus expectavi

pedes meos in cimbalis. (sic)

 

En el texto que manejo (Kareol), hay, de entrada, una coma que sobra pues peregrinus es el predicativo de expectavi y un error en la escritura de la palabra final que en latín es cymbalus (ablativo: cymbalis) ;  por tanto, escriben una “i latina” donde debería ir una “y griega”. Visto esto, vamos con la traducción:

Como peregrino esperé

mis pies en los címbalos.

 

            Más absurdo si cabe es el siguiente texto que aparece unas líneas más abajo, justo en la archifamosa escena de la batalla sobre el hielo contra los caballeros teutones:

Peregrinus expectavi pedes meos

in cimbalis est!

Vincat, arma crucífera! Hostis pereat!

 

            Aquí los de la página de textos de ópera han suprimido la coma, pero aparece un est cuyo sujeto no lo conoce ni el mismísimo Vladimir Putin que se debe poner esta cantata todos los días para darse ánimos y masacrar  Ucrania. Tampoco tiene sentido esa coma que separa el verbo (vincat) del sujeto (arma crucifera). La traducción dice literalmente así:

Peregrino esperé mis pies

está en los címbalos!

¡Venza el arma de la cruz! ¡Muera el enemigo!

 

            Aquí caben dos soluciones:

a)      Que a Lugovsky y a Porkofiev les suspendieran el latín en el bachillerato.

b)      Que haya una solución razonable  como la que encuentro en un blog en inglés que se titula sacrificium laudis blog spot.com. En este blog  dice  Morag G. Kerr, soprano del Coro sinfónico de la BBC,  que tiene la clave del enigma pues, según la culta soprano británica, Prokofiev quiso burlarse de su amigo  y, sin embargo, rival Stravinsky que, como es sabido, compuso una Sinfonía de los Psalmos. Parece ser que lo que hicieron el libretista y el músico fue una mezcolanza de diferentes salmos de la Vulgata y que les quedó ese texto sin sentido.

Los Psalmos que usaron el libretista y el músico fueron:

El Psalmo 38 en cuyo versículo 13 dice:

Hospes enim sum apud te,

peregrinus sicut omnes patres mei.


 

El Psalmo 39:

Speravi, speravi in Domino (…)

et statuit suiper petram pedes meos.

 

El Psalmo 150 en el que se habla de los cymbali.

 

En resumidas cuentas, que Prokofiev y Lugovskoy formaron un batiburrillo de muchos quilates. Pero, siguiendo a la soprano, estos salmos, tal y como ya hemos dicho unas líneas mñas arriba,  son los mismos que Stranvinsky usó en su Sinfonía de los Psalmos. La verdad, esta tesis me parece un poco forzada, pero no me apetece llevar la contraria a la soprano que, en un alarde de imaginación, dice que los cymbali aparecen porque estos platillos imitarían el sonido de los pies al andar sobre el lago helado. Ya no tengo edad para ponerme a caminar por un lago helado, pero,  en mis años de mancebo, sí que anduve por hielos y nieves y os puedo asegurar que jamás escuché el sonido de ningunos platillos.

            Aquí lo dejamos. El asunto es curioso y os lo regalo para que paséis un buen rato.

 

 

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