domingo, 10 de julio de 2022

EL RETIFISMO O LOS ZAPATOS COMO OSCUROS OBJETOS DEL DESEO

 


Cuando yo era pequeño, iba con mi abuela Patro a comprarme zapatos a Los Guerrilleros, una enorme zapatería que había en la muy madrileña Puerta del Sol. También estaban los calzados Segarra, con fábrica en la castellonense Vall de Uxó, y los calzados Geltra en la calle Hortaleza. Quizás, por esto, he sentido siempre un cariño especial por los zapatos y he procurado llevarlos limpios y tratarlos bien. Pero que nadie piense que padezco retifismo, esa parafilia que se caracteriza por una atracción fetichista y morbosa por los zapatos entendidos estos como objeto del deseo sexual. Según mis amigos los psicólogos y psiquiatras, los que padecen retifismo disfrutan acariciando, oliendo, besando en incluso lamiendo zapatos ya que consideran o asocian los pies y los zapatos con los genitales. Como resulta que esta filia se da más en hombres que en mujeres, suponemos que asocian los zapatos con los genitales femeninos. El nombre viene del escritor francés Nicolás Edme Restif de la Bretonne que, allá por el siglo XVIII, fue el primero en describir los síntomas de esta parafilia que, según dicen , es bastante más frecuente de lo que se podría pensar en un principio. Es más, hablan los psicólogos de que podemos encontrar subparafilias dentro de la parafilia raíz y así, si alguien siente atracción por los zapatos de tacón alto en particular, hablaríamos de una altocalcifilia. Según los que saben, las partes del cuerpo que son más usadas como fetiches son los pies, las manos y el pelo. El podófilo ( otra manera de llamar a esta filia es podofilia) está interesado, como ya hemos visto, en el zapato como “objeto del deseo” y hago esta mención a Buñuel no sin intención pues es conocido y estudiado cómo el de Calanda tenía una gran obsesión con los zapatos.

         Claro que, en el polo opuesto, están esas personas que tienen miedo a los pies, ya propios, ya ajenos. A estas personas se las llama podófobas porque sufren una de las miles de fobias catalogadas: la podofobia o miedo a los pies.

         ¡Madre querida, cómo está el patio!

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