lunes, 18 de julio de 2022

MI 18 DE JULIO




Hoy se cumplen la friolera de ochenta u seis años del golpe militar que acabó con una República que parecía no interesar a nadie. Por un lado estaban los socialistas que la querían como paso previo a su revolución para instaurar en España un régimen similar al ruso (si alguno lo duda, que lea los titulares de El Socialista en los que no se celebraba una República democrática, sino el paso previo a una Revolución de octubre a la española) ; por el otro lado,  estaban los de derechas que, no habiendo sabido defender a Alfonso XIII ( quizás porque no tenía defensa ninguna el rey de los cigarrillos egipcios) mientras estuvo en el trono, les vino la gana de ponerse a dar golpecillos de estado con muy pésima fortuna y poco acierto. No sé si había alguien que buscaba una República de verdad en donde los españoles pudieran expresar su sentir. De todas las maneras era muy difícil que  expresara su libre sentir  una población cuyo analfabetismo era altísimo y ya sabemos que, cuanto mayor analfabetismo, menos libertad de elección. Aquellas masas eran carne de demagogos que las compraban “con un duro y un colchón”, lema que un partido usó en unas elecciones. Mi 18 de julio es el de mis dos abuelos, el paterno que no dudó en defender a la República cuando el alcalde de su pueblo convocó a los vecinos para que lucharan por  salvar el régimen legalmente constituido, pero, todo hay que decirlo, bastante “prostituido” por unos y otros; mi abuelo materno, luchando en el ejército de Franco y ganando la Laureada de San Fernando Colectiva en la Ciudad Universitaria madrileña. Seguro que los dos querían a España y luchaban por defenderla, pero no puedo determinar quién de los dos estaba en el bando adecuado. Si un servidor hubiera vivido aquel 18 de julio, es posible que me hubiera ido con los lectores de Manuel Chaves Nogales, aquel profeta andaluz que dijo que, ganara el bando que ganara, de las trincheras iba a salir una dictadura. Probablemente hubiera acabado, como el gran periodista sevillano,  fuera de este país de todos los demonios. No lo sé. Que Clío tenga piedad de tanta sangre y tanta barbarie. Amén.

 

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