domingo, 22 de enero de 2023

VERDE QUE TE QUIERO VERDE

 


Aunque no haya leído a Lorca, todo el mundo conoce el “verde que te quiero verde” que es tan popular que hasta en coplas ha aparecido y en canciones “pop”, rock y flamencas. Guillermo Díaz - Plaja, crítico y poeta catalán, hermano de Fernando, el conspicuo escritor de El español y los siete pecados capitales y toda una serie que vino después con diferentes países y los mismos pecados, recoge en su libro sobre Lorca, que publicó en 1954, a quince años tan sólo de la muerte de Federico,  su teoría de que Lorca se basó, para componer su archifamoso Romance sonámbulo, en un poema de Juan Ramón Jiménez que lleva por título “El pajarito verde” y que dice así:

 

Verde es la niña: tiene

verdes ojos, pelo verde.

Su rodilla silvestre

no es rosa, ni blanca: es verde.

 

¡En el aire verde viene!

-La tierra se pone verde-.

Su espumilla fulgente

no es blanca ni azul: es verde.

 

¡En el mar verde viene!

-El cielo se pone verde-.

Mi vida la abre siempre

una puertecita verde.

 

         Desde luego que no será por falta de verdes en el poema de Juan Ramón y, sin duda, las concomitancias con el romance lorquiano son muchas. ¿Casualidad? ¿Encuentro de dos poetas por los “alados andamio de las flores”? ¿Lectura de un joven Lorca que le influye en su romance? Nada más dice don Guillermo Díaz Plaja salvo hacer notar al lector un parecido que a nadie escapa y citar otro poema juanramoniano con menor parecido, pero en el que se repite el color de marras. No sé, pero a ver si va a ser verdad la anécdota que se cuenta sobre Juan Ramón que, al enterarse de que Pedro Salinas había publicado La voz  ti debida, montó en cólera y dijo con enojo: “¿Cómo que la voz a ti debida? ¡La voz a mí debida! “Y es que el onubense tenía sus ataques de ego como todo artista que se precie.

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