jueves, 30 de noviembre de 2023

LOS ABUELOS CHARNEGOS

 


 

A veces, rastreando por las biografías de los políticos, cantantes y otras gentes del colorín, se encuentra uno terribles sorpresas. Por ejemplo: todo el mundo conoce a ese delincuente llamado Carles Puigdemont i Casamajó. Resulta que, si investigamos un poco, su abuela materna es andaluza. ¿Cómo puede soportar tamaña afrenta a la identidad catalana? ¿Cómo puede vivir don Carles en Waterloo con ese baldón, con ese oprobio? ¿Vendría su abuela en esos trenes que ponía Franco , llenos a rebosar de andaluces, para colonizar Cataluña y hacerles aprender la lengua del imperio? No lo sabemos.

         Pasemos al segundo caso. Lluís Llach Grande, el de Campanades a mort, esas campanadas que nunca tocaron  para los cientos de muertos de ETA, es hijo de María Grande, nacida en Porrara (Tarragona), pero, ¡ojo al dato! de familia extremeña.

         ¿Qué harán estos hombres cuando se pongan a revisar sus genealogías y aparezca la abuela o los abuelos charnegos? ¿Cómo se lo explicaran   a sus hijos? ¿Les habrán dicho ya que una rama de su familia se hunde en la España que les roba, que les maltrata, que les impide desarrollarse como nación?

         Grave problema, sin duda, para estos nazionanistas (perdón por la palabra que me acabo de inventar sumando a nazi lo de Onán, el del onanismo). Grave problema para ellos, pero que es una riqueza inconmensurable para seres normales. ¡Qué pena de país!

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