domingo, 23 de septiembre de 2018

ALFRED DÖBLIN Y SUS DOS AMIGAS ENVENENADORAS



Si el Soberano es cosa de hombres, el veneno es cosa de mujeres. Alfred Döblin, que era psiquiatra, parece afirmarlo en este libro en el que cuenta un envenenamiento que sucedió de verdad en el Berlín de principios del siglo XX. Hace años que leí su Berlín Alexander-Platz, cuando estaba en Ávila del rey, y merecería, cuando pueda y el tiempo y mi programación de lectura me lo permita, una relectura sosegada. Fassbinder declaraba su amor por Döblin y, sin duda, tenía poderosas razones para amarle pues estamos ante uno de los grandes escritores alemanes del siglo XX . En el libro se habla de la culpa y de los atenuantes que pudo tener aquella chica con rasgos psicológicos infantiles para cometer el crimen;  y también se habla de las razones de su amiga y de la madre de ésta para ser cómplices de tan deleznable hecho. Pero, ¿estaba preparada la joven Elli para casarse con Link o fueron los prejuicios pequeño burgueses de su padre lo que la llevaron a esa catastrófica situación y estado? Como un reloj suizo, el libro nos va llevando por la vida, por el dolor, por degeneración de los barrios obreros que tan bien conocía Döblin pues había sido médico en los barrios obreros berlineses. Un libro duro, pero necesario. Como los cuartetos últimos de Shostakovich.

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