martes, 28 de diciembre de 2021

LAS PASANTÍAS, EL PASANTE Y UN GALLEGO DE JUMILLA

 


Seguimos con las etimologías y, en esta entrada vamos a parar mientes en la palabra pasante. Vamos a ir por partes en su explicación. Recuerdo desde niño que, en los largos veranos gallegos, los niños, al dejar el colegio, hubieran o no hubieran suspendido alguna para septiembre, continuaban yendo a las pasantías, es decir, academias de verano en donde repasaban las materias del pasado curso o preparaban un poco las del próximo. Pasantías las llamó siempre aquel señor maravilloso que fue don Manuel Martínez que, aunque nacido en Caravaca, Murcia, era el personaje más gallego con el que me haya podido encontrar pues sus padres, murcianos ambos, emigraron a Pontevedra cuando él tenía un par de años por mor del vino de Jumilla que se dedicaban a vender. Luego, el señor Miguel, casó con una marinense de la familia Pardavila y sus hijos fueron Martínez Pardavila. Los Martínez Pardavila tenían la casa familiar en la calle marinense de Francisco Alfonso, llamada así por ser este personaje un capitoste de falange en Marín además de ser familia de mi buena amiga Sisa Santos, casada con Antonio Herrero, que provenía de una familia que tenía una fábrica de conservas justo al  lado de la fábrica de hielo a donde iba yo con mi padres para comprar hielo para la nevera que nos llevábamos a la playa. La verdad, ya no sé ni lo que estaba contando. ¡Ah, sí, ya caigo! Decía que el señor Miguel solía decir siempre  “pasantía” que es como se conocían popularmente en Galicia. En cuanto al término pasante, poco que deciros: pasante es el que en un despacho de abogados pasa o escribe lo que el señor abogado le ordena y es, en muchas ocasiones, o un estudiante de Derecho, o un recién licenciado que así hace sus primeras armas en las batallas jurídicas. Por cierto, que el señor Miguel tenía una hija casada en Vigo con un carnicero que se llamaba (y llama) Manuel Alonso Martínez y que, antes de ser carnicero, había trabajado en la Citroën y otra, funcionaria del Ministerio de Educación que se quedó viuda muy joven porque el marido estaba enfermo del corazón. También tenía un hijo en la Armada y… Sinceramente, creo que ha llegado el  momento de cortar el texto de esta entrada.

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