martes, 29 de mayo de 2018

JUAN IGNACIO GRACIA NORIEGA, UN CUNQUEIRO DE LLANES





Pues resulta que había un señor que era de Llanes y que escribía como mi maestro don Álvaro Cunqueiro. Tanto se parecía el llanisco que en su novela El viaje del obispo de Abisinia a los Santuarios de la Cristiandad aparecen enanos, negros moros de los países de más allá de la isla de Trapobana, curas que banquetean de forma pantagruélica y hasta el mismísimo Preste Juan aquel obispo in partibus infidelium que los portugueses situaron – y puede que hasta vieron-,  en las tierras de Abisinia. Obviamente, no es la prosa de Gracia Noriega como la del maestro de Mondoñedo, pero es mucho lo que se la aproxima y, para sus amantes incondicionales, hace que disfrutemos de un Cunqueiro asturiano que también tiene su aquel. Gracia Noriega se nos fue en el 2016 y algún malnacido lo llama el escritor más hediondo de Asturias. Pero ¿es que no saben  que alguien que usa de la menta piperita  y de la vinca pervinca no puede llevar malos cheiros en ninguna parte de su cuerpo? ¿No será que algún demonio juguetón soltó una ventosidad desde sus recovecos intestinales y que, pese a que se había bebido un pomo de perfume y que esperó a que el líquido le llegara a las tripas bajas, no consiguió disimular el olor a azufre que impregnan las ventosidades de los demonios que vienen a las tierras del norte a tentar a los mortales y que,  por mor de este incidente,  fue culpado de hediondez el escritor de la villa de Llanes? Seguiremos investigando.

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