miércoles, 24 de julio de 2019

ANTÓN SOBRAL, MI MAR DE LA INFANCIA


Cuando yo era niño – Dios en Marín, el nombre de Antón Sobral era mi referencia pictórica: exposición de Antón Sobral, charla de Antón Sobral,  reseña del Diario de Pontevedra sobre Antón Sobral.  Que en su obra apareciera el mar – cosa no rara en un marinense-, hacía que mi interés se multiplicara pues yo era un niño que venía “del desierto” y mi relación con el mar era tan importante que, durante una época, soñé con ser marino. Cuando regresaba a mi desierto, me llevaba una barquita de madera, un faro o un pequeño trozo  de boya: era mi manera de seguir cerca del mar allí en donde el mar estaba tan lejos. Os dejo un cuadro de Sobral y su imagen; os dejo también la curiosidad de que fue profesor en varios Institutos pontevedreses, pero eso apenas tiene importancia cuando pienso que para mí, Antón Sobral era Marín y Marín, el mar, aquel mar que tan sólo veía una vez al año; el mar que esperaba once meses acariciando mi barquita, mi faro o mi trozo de boya.


 



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