martes, 16 de julio de 2019

LA GENERAL ORTEGA


Viene a cuento esta entrada por el nombramiento estos días de la primera mujer general en el Ejército español y por la broma de haber puesto un servidor en Facebook lo de “a sus órdenes, mi generala”. Vaya en primer lugar que considero que lo correcto es la general y no la generala pues el femenino de cargos que eran, hasta nuestros días, tradicionalmente masculinos señalaba no a una mujer que ejercía dicho cargo, sino a la mujer o esposa del que lo ostentaba. Así, la “regenta” era la mujer del regente, la “alcaldesa”, la mujer del alcalde y la generala, la mujer del general al igual que la “coronela” o la “sargenta”. No me vale el ejemplo latino que sacó a colación el benemérito García Yebraen el  que ponía como ejemplo una fábula de Fedro en la que se leía iudice vespa, un ablativo absoluto con las palabras iudex, juez, y vespa, avispa. Fedro tuvo que echar mano de iudex porque ¡no había mujeres jueces y por tanto el latín no tenía esta palabra en su acervo!

Poco a poco y con todo merecimiento, las mujeres van llegando a donde tenían que haber llegado hace muchos siglos, pero la lengua va mucho más lenta y, aunque ya es normal doctora, farmacéutica o veterinaria,  pues son muchas las féminas que ejercen estas profesiones y desde hace muchos años, para otras, como es el caso de general, hay que esperar un poco y, hasta que sea más habitual la presencia de “generalas” en el ejército español (cosa muy deseable), será los más apropiado usar el artículo femenino con la forma masculina que se ha venido usando hasta ahora. Porque la verdad, si a esta general la llamamos “la generala”, la convertimos en protagonista de una hermosa zarzuela de don Amadeo Vives.


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