domingo, 4 de junio de 2023

MICHAIL GLINKA Y SU VIAJE A PUCELANDIA

 

Hablando el otro día en un bar de Olmedo con mi muy querido amigo Paco,  le refería  que Glinka había estado por Pucela allá por el año 1845 y, para aclarar un poco esta visita,  a veces muy desconocida por parte de los melómanos,  me gustaría hablaros un poco del viaje que giró don Michail. Voy a seguir para ello como fuentes el artículo de José Manuel Gil de Gálvez en Melómano Digital y un programa de mano de la Fundación Juan March.

            Glinka llega a España en 1845, pero su interés por nuestro país  había comenzado mucho antes pues había aprendido español y había compuesto dos piezas “españolas”: Ya estoy aquí, Inesilla y el bolero ¡Oh, mi doncella maravillosa! Sin embargo, la razón última que le hizo emprender tan ansiado viaje fue su divorcio,  que fue traumático,  y  el músico, desoyendo a Séneca que no recomienda los viajes como alivio de los pesares, decidió venirse para esa España que tanto anhelaba y que tanto idealizaba. El ruso se vino para Madrid y asentó sus reales en la Puerta del Sol en donde disfrutó del ambiente de tabernas, figones y colmados.  Sin embargo, no se quedó quieto en los Madriles y,  desde tan céntrico lugar,  viajó a numerosos lugares de la geografía hispana, tantos cercanos a Madrid (Toledo, Aranjuez o Segovia), como más distantes (Santander, Murcia, Córdoba, Sevilla o Granada). En la ciudad hispalense, un Glinka de cuarenta y un años de la época conoce a una joven cantaora andaluza a la que doblaba la edad y a la que el maestro describe como “una chica de hermosa voz”. Pelillos a la mar y volvamos al viaje a Valladolid en donde se alojó en la casa de un comerciante vallisoletano de apellido Castilla cuyo hijo tocaba la guitarra y, con esa guitarra, le cantó a Glinka una jota aragonesa que el maestro, según cuenta él mismo, “retuvo en su memoria”. El tema lo usó Glinka en Capricho brillante sobre la jota aragonesa (1845), y en Noche de verano en Madrid (1851) a las que se conoce como las Oberturas españolas.

            Pero, si paramos mientes en esta jota, es la misma que usa Liszt en su Rapsodia Española, S.254. Vamos a dejar aquí esta entrada para seguir, en entradas posteriores, el estudio de esta jota.

Os dejo las obras:








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