domingo, 13 de agosto de 2023

CLEOPATRA NO ERA UN BELLEZÓN

 


Y, si en otra entrada veíamos el aspecto físico de Antonio, vamos en ésta a ver el aspecto de Cleopatra y sus cualidades. Dice así Plutarco:

καὶ γὰρ ἦν ὡς λέγουσιν αὐτὸ μὲν καθ' αὑτὸ τὸ κάλλος αὐτῆς οὐ πάνυ δυσπαράβλητον οὐδ' οἷον ἐκπλῆξαι τοὺς ἰδόντας, ἁφὴν δ' εἶχεν ἡ συνδιαίτησις ἄφυκτον, ἥ τε μορφὴ μετὰ τῆς ἐν τῷ διαλέγεσθαι πιθανότητος καὶ τοῦ περιθέοντος ἅμα πως περὶ τὴν ὁμιλίαν ἤθους ἀνέφερέ τι [27.4] κέντρον. ἡδονὴ δὲ καὶ φθεγγομένης ἐπῆν τῷ ἤχῳ· καὶ τὴν γλῶτταν ὥσπερ ὄργανόν τι πολύχορδον εὐπετῶς τρέπουσα καθ' ἣν βούλοιτο διάλεκτον, ὀλίγοις παντάπασι δι' ἑρμηνέως ἐνετύγχανε βαρβάροις, τοῖς δὲ πλείστοις αὐτὴ δι' αὑτῆς ἀπεδίδου τὰς ἀποκρίσεις, οἷον Αἰθίοψι Τρωγλοδύταις Ἑβραίοις Ἄραψι Σύροις Μήδοις Παρθυαίοις. [27.5] πολλῶν δὲ λέγεται καὶ ἄλλων ἐκμαθεῖν γλώττας, τῶν πρὸ αὐτῆς βασιλέων οὐδὲ τὴν Αἰγυπτίαν ἀνασχομένων παραλαβεῖν διάλεκτον, ἐνίων δὲ καὶ τὸ μακεδονίζειν ἐκλιπόντων.

         Según cuentan, su belleza no era por sí misma tan incomparable como para atontar a los que la veían, pero su trato tenía un atractivo irresistible y su aspecto, unido a una conversación seductora y a la vez, en cierto modo, a su manera envolvente de relacionarse, ,llevaba en sí una especie de aguijón. También era un placer escuchar el sonido de su voz y, como su lengua se adaptaba con suma facilidad, cual si fuera una lira de muchas cuerdas, al idioma que quisiera, eran muy pocas las ocasiones en que debía servirse de un intérprete en sus encuentros con bárbaros (entiéndase esta palabra en su sentido helénico de no griegos) a los que la mayoría de las veces les contestaba ella misma sin ninguna ayuda, ya fueran etíopes, trogloditas (pueblo primitivo que habitaba en las costas del Mar Rojo), hebreos, árabes, sirios, medos o partos. Se dice que había aprendido otras muchas lenguas cuando sus antecesores en el trono ni siquiera se habían molestado en aprender la lengua egipcia y algunos hubo que hasta se olvidaron de hablar el macedonio.

                   El texto plutarquiano no tiene desperdicio porque vemos cómo Cleopatra no era un belleza tan deslumbrante, no era un bellezón, pero podemos apreciar con claridad que su encanto radicaba en su inteligencia que se traducía en una manera de hablar seductora. Y fijaos que,  al final,  hay algo muy interesante que os vuelvo a copiar:

ἐνίων δὲ καὶ τὸ μακεδονίζειν ἐκλιπόντων.

Y hubo algunos que se olvidaron de hablar en macedonio.

Estas poquitas palabras de Plutarco nos revelan que los Tolomeos, familia a la que pertenecía Cleopatra que era griega por linaje y no egipcia, hablaron su lengua nativa durante más de tres siglos. Ya escribí en otra entrada  de lo absurdo que era que, en algunas producciones de Hollywood, se tomara a una actriz negra para que diera vida a la reina de Egipto pues ésta no era africana ni de raza, ni de lengua, ni de cultura. Item más, en  la Antikensammlung Berlin, dicho en cristiano, en la Colección de Antigüedades de Berlín,  podemos ver un busto de Cleopatra VII en mármol pario que los especialistas identifican como el más probable retrato de la reina. Y entre los especialistas que así lo identifican, tenemos a un mañico de Zaragoza, el profesor Francisco Pina Polo, que es un experto en la reina de Egipto.  Es el retrato que os pongo como ilustración de la entrada y en él no creo que nadie pueda apreciar rasgos negroides. Pero ¿quién lee a Plutarco a día de hoy salvo unos cuantos tarados o quién se fija en ese aburrimiento que son los museos, especialmente si son alemanes?

         Nos olvidamos de los clásicos y pasa lo que pasa.

 


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