jueves, 31 de agosto de 2023

SORTES VERGILIANAE

 

Lo que ya peinamos canas recordamos cómo en los tribunales de oposiciones, para asignarte un texto en latín o en griego y traducirlo, metían, en ocasiones, el DNI del opositor y abrían el libro por donde el “plastiquillo” se había abierto camino entre las páginas. Pues ya veis, eso era, de alguna manera, una sors vergiliana. Las sortes vergilianae fueron durante muchos siglos un método de adivinación que usaba de las obras de Virgilio para predecir el futuro. Alguien abría al azar un libro de Virgilio e interpretaba, más en concreto, allí donde sus ojos se posaban,  lo que le salía escrito Y. Francisco López Jurado ha escrito un libro sobre las sortes que merece la pena leer y el gran Theodor Haecker en su obra cuasi divina Virgilio, padre de Occidente, cuenta cómo un inglés, amante de Virgilio, abría sus libros con la intención de saber cómo se iba a desarrollar la llamada Gran Guerra o Primera Guerra Mundial. Cuenta el filósofo alemán que, después de la caída de Rusia, los ojos del inglés se fueron a posar sobre el pasaje en el que se describe el final de Príamo:

iacet ingens litore truncus

avulsumque humeris caput et sine nomine corpus.

que en castellano dice así:

yace en la playa el enorme tronco

y ha sido arrancada de los hombros la cabeza: un cuerpo sin nombre.

         Suponemos que el inglés interpretó este cuerpo de Príamo en la playa como la Rusia que había caído.

         Recordad que san Agustín en sus Confesiones, nos cuenta cómo estando en el jardín de su casa escuchó una voz que le decía tolle, lege. Otros dicen que eran unos padres que se lo decían a su hijo en un jardín vecino. Es igual, Agustín de Hipona cogió la Biblia y la abrió “al azar” por un texto paulino en el que se invoca a Cristo en la pureza: “al que esté flaco en la fe, recibidlo”.

         Pues ya veis, entre el ruso y san Agustín creo que os ha quedado más o menos claro en qué consisten las Sortes vergilianae de las que os invito a usar cuando gustéis y, muy en especial, cuando no tengáis claro vuestro futuro.



 

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