martes, 4 de junio de 2024

LA VIRGEN DEL CAMINO

 

         

         En Historia del Arte, como bien sabe mi buen amigo Francisco José Hernández Ovejero, hay diferentes maneras de representar a Nuestra Señora y me gustaría, con la cortedad de mis medios, explicaros algunas de ellas. Vamos con la primera de las varias que nos van a ocupar diferentes entradas.

         En la ilustración de la entrada, podéis ver una Virgen que señala al Niño como camino de salvación. Es la conocida en griego como Ὁδηγήτρια, es decir, “la que muestra el camino”. Es una representación muy habitual en el mundo cristiano y en ella encontramos a la Virgen que sostiene al Niño mientras lo señala y lo presenta como Salvador del mundo. El Niño suele tener en la mano un pergamino que representa las Sagradas Escrituras y más en concreto el pasaje del Evangelio de Juan que dice:

 

"Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6-14).

Los colores en este tipo de representaciones son de gran profundidad teológica pues la Virgen suele estar envuelta en una clámide que tiene un color púrpura rojizo que se identifica con la realeza. El Niño Jesús, por su parte,  va vestido de blanco y naranja o sólo de naranja. El blanco es el color de la pureza y es el símbolo de la luz que aparece en la Transfiguración. El naranja es el símbolo del fuego del Espíritu Santo.

 

En España tenemos en León la Virgen del camino que protege el camino de los peregrinos que van a Compostela.

         En definitiva, esta imagen de la Virgen que nos señala a Jesús recoge la idea que muchos siglos más tarde recogería San Josemaría en “su Camino”:

“A Jesús se va y se viene por María”. Pues eso.

 

 

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