domingo, 30 de octubre de 2022

EL SALTADOR (QUE NO NADADOR NI BUZO) DE PAESTUM

 


He leído hace unos días el libro del arqueólogo alemán Tonio Hölscher y me ha embrujado la historia de este misterioso nadador que apareció en una tumba de  Paestum, más en concreto, en la tapa de la tumba. Para los italianos es il tuffatore; para los alemanes, der Taucher,  es decir, el buzo, pero prefiero verlo en el momento del salto y no sumergido. Por eso, para mí, la pintura debería de llamarse El saltador de Paestum. No entiendo por qué los alemanes e italianos lo llaman buzo, pero ellos lo verán de otra manera a como lo veo. Quizás suponen que el muchacho se va a sumergir durante un rato y que su salto no es un salto desde esa torre tan sólo para, creando una curva perfecta y saliendo a la superficie, empezar a nadar.  Yo lo veo así y, por eso, le he dedicado este humilde poema:

¿Quién eres tú, extraño muchacho?

¿A qué mar saltas en perfecta posición,

en perfecta armonía?

¿Saltas en la vida o te proyectas a la muerte

que te espera en el mar que es el morir?

¿Eres la vida que ofreces en un rito de paso

desde la tibia niñez

al inhóspito frío de la vida adulta?

¿Eres, acaso, el barco que de pronto,

en plena travesía, ha sentido su sentina

inundada de lágrimas y ha muerto

sin ya jamás conocer el puerto que lo esperaba?

Mira en lo oscuro la luz que en la tapa

de tu eterna morada resplandece, muchacho que un día

con otros  muchachos al mar te entregaste.

 

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