miércoles, 6 de mayo de 2020

PENÉLOPE Y ODISEO, UNA PAREJA NO TAN BIEN AVENIDA



Penélope y Ulises son el modelo de pareja fiel y bien avenida. Sin embargo también tuvieron sus “cositas” y es necesario hablar de ellas porque ni Penélope es esa chica que esperaba “en la estación con sus zapatitos de tacón y su vestido de domingo” como cantaba Serrat , ni Odiseo fue un esposo casto que no conoció más lecho que el de Penélope. Ya lo dice el refrán gallego: “Carallo tieso no cree en Dios” (con perdón). Vamos pues a tratar aquí de las infidelidades de uno y otro tal y como se recogen en la  Biblioteca Mitológica de Apolodoro.

         Lo primero que tenemos que decir es que la estancia de Odiseo con Circe no fue una estancia casta, sino que tuvieron su himeneo ( o los que fueran) fruto de los cuales nació Telégono.

         Por lo que respecta a Penélope, hay diversas leyendas que no la dejan en buen lugar:

         La primera es la que cuenta que Odiseo culpó a Penélope de que ella misma había atraído a los pretendientes a Ítaca y la repudió marchándose a Esparta y luego a Mantinea en donde murió y en donde fue enterrado.

         La segunda nos cuenta cómo Helena fue seducida por Antínoo, uno de los pretendientes, y Odiseo la envió con su padre Icario que no está mal recordar que era hermano de Tindáreo y que, por tanto, Helena y Penélope eran primas carnales. Penélope fue seducida por Hermes y fue madre de Pan.

         La tercera nos cuenta cómo fue seducida por Anfínomo. Este fue un pretendiente “bueno” al que Odiseo pensaba dejar marchar, pero no así lo pensaba Atenea que le ordenó que lo matara. Es decir, que quizás Odiseo aprovechó la orden de Atenea para vengar su honra mancillada.

         Pero vamos ahora a ver un curioso final de la Odisea.

         Odiseo se va a hacer unos sacrificios que Tiresias, en el canto XI de la Odisea, le había encomendado. Se toma su tiempo y se acaba casando con la reina Calídice. A su muerte, Odiseo regresa a Ítaca y allí se encuentra con que Penélope había tenido un hijo antes de su partida a Tesprotia. Ese hijo que tuvieron Odiseo y Penélope tras el regreso fue Poliportes. Como Penélope no se enteró de la infidelidad de Odiseo con Calídice – tampoco se había enterado de la que tuvo con Circe, pero ya se enterará como veremos más adelante-, vivieron felices hasta que llega a Ítaca el hijo que Odiseo había tenido con Circe, Telégono y estropea la felicidad. El hijo desembarca y, por un quítame allí esas pajas, mata a su padre sin saber que lo era pues no le había llegado a conocer. Cuando el muchacho se entera de lo que ha hecho, coge el cadáver de su padre y a Penélope y se va junto a su madre Circe. Allí montan un curioso lío de parejas pues Telégono se casa con su madrastra Penélope y Circe hace lo propio con su hijastro Telémaco premiando con la inmortalidad a Pe nélope y a Telémaco.

         En fin, como veis también había líos conyugales ( ¡y de qué calado!) entre los griegos en las epopeyas homéricas. Ante estos “cruces de parejas” si que hubiera exclamado con toda razón Micheleen Flynn, el de El hombre tranquilo” de John Ford,  aquellas famosas palabras: “¡Homérico!”

 

 

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