miércoles, 17 de junio de 2020

JULIANA O LA CRIADA RESENTIDA


Vuelvo a hablar de O primo Basílio porque el acierto filológico de Concha López Jambrina me recordó la importancia que tiene, en dicha obra, Juliana,   la criada de la casa de Luísa y Jorge,  un gran personaje del que merece la pena hablar. ¡Y tanto que merece la pena! Juliana es, a  mi gusto, uno de los personajes centrales de la novela y desde luego, un personaje maravillosamente tallado por Eça en el que más que un tipo consigue un arquetipo de un modo de conducta: el resentimiento. Sí, porque Juliana es una resentida cuya ambición desmedida tiene como finalidad ser como su señora a la que odia porque se siente inferior desempeñando su trabajo. Pero que sea Eça el que os lo cuente:
         Julgava-se vagamente roubada. Començou a odiar a casa. (La negrita es mía, claro)
Tinha para isso muitas razões, dizia: dormia nun cubículo abafado; ao jantar não lhe davam vinho, nem sobremesa; o serviço dos engomados era pesado; Jorge e Luísa tomavam banho todos os dias, e era um trabalho encher, despejar todas as manhãs as largas bacias de folhas: achava despropositada aquela mania de se porem a chafurdar todos os dias que Deus deitava ao Mundo; tinha servido vinte amos e nunca vira semelhante despropósito!
            Juliana hubiera querido tener una tienda, una mercería como aquella que le puso Cayetano Salgado a Clara Aldán en Los gozos y las sombras de Torrente Ballester; una tiendecita pequeña en la que ella hubiera sido su jefa. Porque a Juliana no le gusta obedecer ni que nadie la mande.   Y va generando un odio terrible contra su señora a la que llama con un mote despectivo. Por resentimiento,  aprovecha la occasion de la carta para chantajearla, para convertirse ella en ama y la señora en criada en una subversion de papeles propia de una comedia plautina y  que es todo un retrato de los deseos de Juñliana.
         Juliana no quería haber nacido pobre: le hubiera gustado haber nacido rica o, por lo menos, sin tener que servir a nadie. ¿Soberbia además de resentida? Es posible. Y por eso su carácter se va haciendo más amargo, se va llenando de odio, de rencor. Mucho escribió el doctor Marañón en ese maravilloso libro que es Tiberio en donde va estudiando al emperador romano y consigue un estudio soberbio del   rancor. Un libro muy recomendable como todos los de Marañón.
         Pero ¿tiene Jualiana acaso algún consuelo, algo que le haga salir de su mundo de odio y resentimiento? Sí, sí que lo tiene: está orgullosa de sus pies. Así lo cuenta Eça:
         A sua alegría era ir aos domingos para o Paseseio Público, e alí, com a orla do vestido erguida, a cara sob o guarda-solinho de seda, estar a tarde inteira na poeira, no calor, imóvel, feliz- a mostrar, a expor o pé!
         Gran personaje éste de Juliana salida de la pluma de un gran escritor.

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