viernes, 31 de julio de 2020

JOAQUÍN RÍOS CAPAPÉ


Mi abuelo Luis hablaba mucho de él porque había estado al mando de la sección de la Ciudad Universitaria en la Guerra Civil. Joaquín Ríos Capapé era un catalán de Figueras que había nacido un año tan “señalado” como 1898. General africanista que, al decir del padre de Carmen Polo, equivalía a un torero, fue el primero en salir de su acuartelamiento en Villa Jordana. Lo curioso es que Ríos Capapé se sublevó antes de la sublevación, pero, como veremos más adelante, esto de ser el primero era muy del gusto de este militar. Ríos Capapé tomó Villa Sanjurjo y se dirigió a Melilla en donde se incorpora a la guarnición melillense que se había sublevado contra el gobierno de la República. Según ha contado muchas veces Fernando Arrabal, su padre, destinado en Melilla, se opuso a la sublevación y lo pagó con su vida. Don Joaquín cruza  a la península  y en la primavera del 37, tras haber llegado a la Ciudad Universitaria, es nombrado coronel. Como lo adelantarse era lo suyo, Ríos Capapé entró el primero por el puente de Usera y se adelantó a los otros oficiales y al mismísimo Franco que nunca se lo perdonó. Pero a don Joaquín poco le importó el perdón de Franco porque en la posguerra siguió ascendiendo y llegó a teniente general. Cuentan que tenía un bar al principio de la Gran Vía madrileña en donde vendía ginebra y whisky que se hacía traer desde Tánger o bien él  mismo la traía aprovechando sus numerosos viajes. Otra táctica que empleaba era “meterles unas cuantas cajas” a los pilotos militares. El bar de la Gran Vía se convirtió en el favorito de la alta sociedad madrileña y en la barra de ese bar, la santa esposa del general proporcionaba vales de gasolina de estraperlo que ya sabéis que estaban en la época del gasógeno y no había mucha. El general conocía muy bien las mujeres de vida alegre de Tánger, se echaba sus ruletas y sus bacarrás en el Círculo Hebreo y, cuando se terciaba, echaba una partidita al póquer  con la mujer de Orgaz Yoldi, el general vitoriano que era jefe del Alto Estado Mayor de Tetuán.
         Sin duda, Ríos Capapé no fue un ejemplo moral, pero a los que no hemos roto un plato en nuestra puñetera vida nos produce una cierta atracción. En fin, cosa para consultarle al psicólogo esto de la atracción por lo canalla.


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