viernes, 31 de julio de 2020

LA VIDA SEXUAL DE ALEJANDRO MAGNO


Alejandro Magno vivió tan sólo treinta y tres años, desde el 356 a. C. hasta el 323. a. C., pero en esos años le dio tiempo a mantener relaciones con cuatro mujeres y con dos hombres. Vamos con las damas en primer lugar.
         Parece ser y según  recogen las fuentes de Claudio Eliano que la primera mujer con la que Alejandro tuvo relaciones fue con Campaspe, una ciudadana de Larisa en la región de Tesalia.
         También mantuvo una relación con Barsine, hija del noble persa Artabazo, con la que tuvo un hijo Heracles que sí que llegó a conocer pues el que tuvo con Roxana, Alejandro IV, fue un hijo póstumo. Alejandro acudía a los banquetes del padre y en ellos conoció a la hermosa Barsine.
         Tuvo también una relación con Estatira, hija de Darío III Codomano. Esta mujer,  con la que se casó Alejandro parece que por motivos políticos,  no salió nunca del harén de Susa en donde estaba con su abuela Sisigambis. Cuentan que se quedó embarazada, pero que Roxana se “encargó” de ella y eliminó a la madre y al hijo quitándose un problema de en medio. Plutarco cuenta que los arrojó los cadáveres a un pozo y lo cegó.
         Dejamos para el final de las mujeres a la hermosísima Roxana, la mujer más bella de Asia según los cronistas. Roxana acompañó a su marido hasta la India y se quedó embarazada de Alejandro IV que nació seis meses después de la muerte de su padre. Más tarde, en otra entrada, hablaremos de la suerte de este hijo póstumo del conquistador.
         En cuanto a sus relaciones con hombres, Alejandro fue fiel toda su vida a Hefestión, amigo de infancia y compañero en el aula de Aristóteles. Cuando murió, Alejandro dedicó a su amigo del alma un espléndido funeral, pero esa muerte le dejó una terrible herida en el corazón de la que no se recuperó jamás.
         También mantuvo relaciones con Bagoas, un eunuco persa de la corte de Darío III.  Mary Renault tiene una novela maravillosa, El muchacho persa, en la que se habla de este castrato. Es una novela que leí hace muchos años, pero cuyo perfume permanece en mi recuerdo.
         Pero seguro que, al leer esta entrada, os ha surgido una duda. Si Alejandro IV sobrevivió a su padre, ¿por qué no fue su sucesor en el trono de Grecia y de Asia? Si me dejáis, os lo cuento en otra entrada.


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