Nos vamos a situar en el siglo XIII y vamos a poner el foco en el hijo del último valí almohade de Mallorca que se llamaba Jaime. Un valí (que te vi) es, para entendernos, un gobernador. Así llama el Corán a Dios en algunas suras y, como bien sabemos, para un musulmán, el código civil se basa en la visión de Mahoma
que dejó escrita en el libro sagrado de los musulmanes. Pero sigamos. Cuando Jaime I, conocido como el Conquistador no sin causa, conquista la isla de Mallorca (se adelantó, pues, más de siete siglos a los alemanes), el muchacho tenía trece añitos y el rey de la Corona de Aragón lo adoptó y lo educó “a la cristiana”. El joven casa con María de Alagón y, para que tuvieran una casita, su tío adoptivo, le regala un castillo que compró a los monjes del Monasterio de Piedra. También le regaló la baronía de Gotor, pues Gotor se apellidaba el muchacho, y, cosas de la historia, un descendiente suyo será nuestro muy traído y llevado en este blog Papa Luna que se llamó en el siglo Pedro Martínez de Luna y Gotor.
Los Martínez de Luna, una de las ocho
casas nobles de Aragón, fueron señores de Illueca en donde acabó el pobre don
Pedro con cuya cabeza quizás acabaron los niños de tan mañico lugar, tal y como
le vaticinó San Vicente Ferrer, jugando a la pelota. Sea como fuere, la baronía
de Gotor y sus propiedades pasaron a los Condes de Morata por bodas y esas
cosas pues ya sabemos que los nobles se “aparean” con sabiduría y un buen día,
doña Apolonia Martínez de Luna, condesa de Morata, vendió sus títulos al Marqués
de Villaverde ( no el yernísimo, sino un antepasado). Illieca y los pocos restos que quedaban del Papa
Luna acabaron en manos dela familia Martínez Bordiú. El marquesado de
Villaverde recayó en don Cristóbal Martínez .- Bordiú ( este sí que es el
yernísimo) y la baronía de Gotor pasó a su hermano José María que un 2 de
octubre de 1962 tuvo un vástago al que también nombró José María: José María
Martínez Bordiú y Bassó, en la actualidad XVII barón de Gotor. Al niño, lo empezaron
a llamar Pocholo y así es como ha subido a los altares de los realitys shows y programas de la casquería, es
decir, Tele 5.
En fin, no sé si al pobre don Pedro,
tan culto él, que podía dar discursos de siete horas ante su rival el papa de Roma y que además los pronunciaba
en latín, le hubiera gustado este
familiar tan especial, pero la historia es la historia y no la podemos cambiar
por mucho que lo intentemos.
Metido en la “casquería”, aunque no soy muy aficionado, deciros que
Pocholo se acabó casando con una hija de Adolfo Suárez, “el hombre que se
parecía a Orestes” como gustaba llamarle Paco Umbral. La boda el matrimonio
duró tan sólo dos años. Como recuerdo personal, los Martínez Bordiú tenían en
propiedad el edificio de Hermanos Bécquer 8 que hace esquina con General Oraa (
otra vez el militar navarro) y un servidor vivió en Hermanos Bécquer 7 esquina
con López de Hoyos 6, justo en la esquina de enfrente. Desde la azotea de mi
casa, solía ver a los hermanos Martínez-Bordiú y Bassó tomando el sol en unos
sillones hinchables. Otros días, veía a Pocholo cargando los esquíes en un Seat
600 que tenía. También solía encontrar en misa, en San Francisco de Borja, al
marqués de marras, ése que iba “con uniforme de gala de la Santa Inquisición”
(Sabina dixit), que, por cierto, llegaba tarde y se marchaba antes de que
acabara. En fin, no sigo porque voy a parecerme al recientemente fallecido
Jimmy Giménez – Arnau que se pasó toda su vida contando historia de los Franco.
No escribía mal el chico y hasta estuvo en un Nadal, pero de tan ilustre prócer
permitirme que hable en otra entrada.
Por el momento quedaos con dos ideas:
a)
Pocholo es descendiente del papa Luna
b)
No se eligen ni los antepasados ni los
descendientes.
La vida es así.
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